El filtrado en el acuario

Un filtro es muy importante para crear la circulación del agua en el acuario, mantener el agua libre de partículas y crear la colonia de bacterias, logrando que el acuario alcance el equilibrio biológico haciendo que éste sea estable.

Existen filtros internos, de mochila, o botellones externos. Ver Filtros

La bomba consiste en una pequeña hélice, con motor eléctrico, que bombea el agua a su alrededor. La capacidad se expresa en litros por hora.
Acuarios Plantados recomienda que el elegido, filtre el agua de 3 a 5 veces como mínimo (pecera 150L – Filtro de 500 a 800 litros/hora), tanto para obtener una buena limpieza, pero por sobre todo, para asegurar la circulación del agua en todo el acuario evitando la aparición de algas.
Los filtros externos aseguran mayor cantidad de material filtrante, albergando más bacterias, lo que garantiza estabilidad en el acuario ante cualquier cambio brusco.

El material filtrante se encuentra inmediatamente luego de la bomba; consiste en una esponja (normalmente de plástico) que captura las partículas suspendidas en la columna de agua, como hojas desprendidas de las plantas, evitando que ensucie el material grueso. Ésta debe ser revisada y limpiada manualmente luego de cortos períodos, asegurándonos de que no reduzca el flujo de agua, disminuyendo la capacidad filtrante. Luego se encuentra el material grueso (canutillos de plástico, cerámica, grava, etc. Ver material filtrante), que proporciona una gran superficie, en donde se albergan las bacterias y permiten que el agua fluya entre ellas.

También se pueden añadir materiales activos (Seachem Renew, zeolita ó carbón activado entre otros…) que pueden afectar a la química del agua. El carbón activado es recomendado durante los primeros 20 a 30 días de iniciado el acuario y luego de alguna medicación fuerte en el acuario.

Independientemente del filtro que hayamos elegido, el material filtrante debe limpiarse con regularidad (una vez al mes aproximadamente). Esto se hace con agua extraída del acuario. Asegúrese de que el material filtrante no permanezca mucho tiempo fuera del agua, ya que esto puede reducir la cantidad de bacterias de nuestro filtro. Si utiliza lana de algodón, guata o perlón, cámbielo con regularidad.